Historia del municipio

Historia de Valdeolmos-Alalpardo

Breve historia de nuestro municipio.

Ancestros de Valdeolmos Alalpardo

  

En las «Relaciones de Vecindario» dadas el 13 de marzo de 1571 por el Ldo. Busto de Villegas, gobernador eclesiástico del Arzobispado de Toledo, ambas localidades aparecen con 120 vecinos.

Hasta su acceso al villazgo, en 1563 Valdeolmos y en 1651 Alalpardo, mantendrán su dependencia de Talamanca, manteniendo el arzobispo de Toledo su señorío, hasta el 2 de Octubre de 1574, en que Felipe II, en virtud de un Breve del Papa Gregorio XIII, que permite la merma de los bienes de la iglesia y las universidades, las incorpora a la Corona y Patrimonio Real.
Si bien la crítica situación de la hacienda real obligara a su venta: en 1577, Alalpardo (aun incluida en la Comunidad de Talamanca) a Don Melchor de Herrera, Marqués de Auñón y Secretario de Tesoro del Rey; y en 1580, a Don García Hurtado de Mendoza, Duque del Infantado, Valdeolmos.

Don Melchor de Herrera, venderá en 1580 la villa de Talamanca y con ella su aldea de Alalpardo al mayordomo de la emperatriz María, hermana de Felipe II, Don García de Alvarado, al que Felipe III concederá el título de Conde Villamor, el 16 de Febrero de 1599, con lo que las localidades incorporadas al mayorazgo, entre ellas Alalpardo, pasarían a formar el Condado de Villamor, hasta el 6 de Diciembre de 1669, en que unos arruinados Condes de Villamor venden la villa de Alalpardo a D. Teresa de la Cerda y Mendoza, Duquesa de Bejar.

El 10 de octubre de 1689, Carlos II concede a su Secretario Don José Aguerri y Churruca, quien unos años antes había comprado la villa el título de marqués de Valdeolmos.

En el año 1695, el poderoso Convento de Nuestra Señora de Atocha, adquiere de la villa de Alalpardo 800 fanegas de tierra y construye un agnifico complejo agropecuario, que se mantendrá en funcionamiento hasta la desamortización decimonónica, en que pasara a manos privadas, en cuya situación se mantiene en nuestros días.

En el S. XVIII ambas localidades forman parte de la «Mancomunidad de pastos de Talamanca», formada por las once localidades que habían integrado la Comunidad de Villa y Tierra, y que contaba con un Procurador General, que residía en Talamanca, nombrado entre todas por consenso y que, una vez elegido, juraba su cargo en la ermita de la Virgen del Campo, hoy desaparecida, situada a un cuarto de legua de Valdetorres, entre esta población y el Jarama.

En 1714 el señorío de la villa de Alalpardo es vendido por D. Juan López de Zúñiga, noveno Duque de Béjar, a Don José Felipe de Pinedo, acaudalado burgalés que gozaba de una situación privilegiada en la Corte de Felipe V, donde desempeñaba los cargos de Secretario de Indias y miembro del Consejo de S.M. en la Contaduría Mayor de Rentas.

Edad Antigua

En época romana nuestro actual término municipal se situaba en la provincia Tarraconense, incluido en el convento (distrito judicial) de Cesaraugusta (hoy Zaragoza). Situándose Alalpardo en la mansión XX de la vía Mérida-Zaragoza, en el ramal que desde Complutum se dirigía a la meseta superior a través de Armántica (hoy Talamanca), constituyendo un punto de parada y descanso.

De época tan remota Alalpardo cuenta con un testimonio inigualable: el «Árula de Alalpardo», pieza arqueológica de gran interés que, tras centenares de años junto a los muros de la iglesia, preside el edificio de la Casa Consistorial.

Edad Media

  

A finales del S. IX d.C., en pleno dominio musulmán, nos encontramos a la villa de Talamanca erigida en cabeza comarcal, donde se ubican los órganos administrativos y judiciales, se desarrolla la artesanía y el comercio; y provista de fuertes murallas, acoge las tropas regulares. Mientras Valdeolmos y Alalpardo, como el resto de localidades de la zona, no son más que pobres cabañas de labradores, cuya finalidad consiste en acercar la población a su labor diaria.

Situación en la que se mantendrán durante toda la etapa musulmana al impedir los constantes ataques de las huestes cristianas otro tipo de desarrollo y verse obligada su población a una constante labor de reconstrucción de casas y explotaciones.

Las Crónicas nos hablan de la destrucción de las aldeas de Talamanca en el 860, por el conde Don Rodrigo; en el S. X, por el conde castellano Sancho García; en el 1047, por Fernando I el Magno, y, ya en manos cristianas, en el 1197 por el caudillo almohade Yaqub al-Mansur.

Se incorporaran a Castilla en el 1084, como partes integrantes de la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca, que agrupaba los actuales términos municipales de Talamanca, El Casar; El Vellón, Fuente el Saz El Molar, Algete, Valdepiélagos, Valdetorres, Zarzuela del Monte (hoy en Ribatejada) y Valdeolmos-Alalpardo.

Dicha Comunidad limitaba: al norte, con la de Uceda; al sur, con las de Guadalajara y Madrid; al este, con las de Uceda y Alcolea del Torote, villa hoy desaparecida, que se situaba en el actual término de Torrejón del Rey; y al oeste, con la de Madrid y el sexmo de Manzanares.

  

Centrándonos en el devenir histórico al que se van a ver sujeto las aldeas de Alalpardo y Valdeolmos como parte de la Comunidad de Talamanca, hemos de señalar que tras incorporarse al Reino de Castilla en el 1084, Alfonso VI las dona al Señorío Prelaticio de la Iglesia de Toledo, como premio al Arzobispo Bernardo por los servicios prestados en la conquista de Madrid y Toledo. Incorporación esta que será confirmada por bula del papa Honorio II el 12 de Junio de 1127.

Alfonso VII, en el año 1140, las convertirá en señorío nobiliario al eximirlas del arzobispo de Toledo y entregarlas a la condesa Doña Urraca Fernández, hija de Fernando García de Hita.

Su nieto Alfonso VIII, las reincorpora al Arzobispado de Toledo, el 25 de marzo de 1190, si bien, veinticuatro años más tarde, al otorgar testamento, el 21 de julio de 1214, las recupera de nuevo para el poder real.

Será su hijo, Enrique I, el que se las conceda de nuevo al arzobispo toledano Jiménez de Rada, el 5 de Noviembre de ese mismo año de 1214, en el llamado «Liber Privilegiorum ecclesiae toletanae», por haber asistido a los reyes, sus difuntos padres Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra. en sus enfermedades y últimas necesidades espirituales.

Concesión confirmada por el rey Fernando III el Santo, mediante diploma otorgado en la ciudad de Palencia el día 4 de Julio de 1218.

  

Será el Arzobispo Jiménez de Rada quien encontrándose en Talamanca, el 27 de Enero de 1223, otorgue dos Cartas Pueblas, una de las cuales iba destinada a la villa y aldeas de Talamanca.

Dicha carta se conserva en la Biblioteca Nacional, en la colección del Padre Buriel, y se trata de un pergamino de media vara de largo (unos 45 cm.) y una tercia de ancho (unos 28 cm.), del que penden dos sellos de cera, con hilos de cera por torcer de color blanco, encarnado, negro y azul; en el que el arzobispo, con el fin de incentivar la repoblación tras la razzia almohade de 1197, amplia los privilegios concedidos a la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca en un desconocido fuero anterior. Constituyendo la piedra angular sobre la que se sustentara el desarrollo de las entonces aldeas en los siglos venideros.

Edad Moderna

A finales del S. IX d.C., en pleno dominio musulmán, nos encontramos a la villa de Talamanca erigida en cabeza comarcal, donde se ubican los órganos administrativos y judiciales, se desarrolla la artesanía y el comercio; y provista de fuertes murallas, acoge las tropas regulares. Mientras Valdeolmos y Alalpardo, como el resto de localidades de la zona, no son más que pobres cabañas de labradores, cuya finalidad consiste en acercar la población a su labor diaria.

Situación en la que se mantendrán durante toda la etapa musulmana al impedir los constantes ataques de las huestes cristianas otro tipo de desarrollo y verse obligada su población a una constante labor de reconstrucción de casas y explotaciones.

  

Las Crónicas nos hablan de la destrucción de las aldeas de Talamanca en el 860, por el conde Don Rodrigo; en el S. X, por el conde castellano Sancho García; en el 1047, por Fernando I el Magno, y, ya en manos cristianas, en el 1197 por el caudillo almohade Yaqub al-Mansur.

Se incorporaran a Castilla en el 1084, como partes integrantes de la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca, que agrupaba los actuales términos municipales de Talamanca, El Casar; El Vellón, Fuente el Saz El Molar, Algete, Valdepiélagos, Valdetorres, Zarzuela del Monte (hoy en Ribatejada) y Valdeolmos-Alalpardo.

Dicha Comunidad limitaba: al norte, con la de Uceda; al sur, con las de Guadalajara y Madrid; al este, con las de Uceda y Alcolea del Torote, villa hoy desaparecida, que se situaba en el actual término de Torrejón del Rey; y al oeste, con la de Madrid y el sexmo de Manzanares.

Centrándonos en el devenir histórico al que se van a ver sujeto las aldeas de Alalpardo y Valdeolmos como parte de la Comunidad de Talamanca, hemos de señalar que tras incorporarse al Reino de Castilla en el 1084, Alfonso VI las dona al Señorío Prelaticio de la Iglesia de Toledo, como premio al Arzobispo Bernardo por los servicios prestados en la conquista de Madrid y Toledo. Incorporación esta que será confirmada por bula del papa Honorio II el 12 de Junio de 1127.

Alfonso VII, en el año 1140, las convertirá en señorío nobiliario al eximirlas del arzobispo de Toledo y entregarlas a la condesa Doña Urraca Fernández, hija de Fernando García de Hita.

Su nieto Alfonso VIII, las reincorpora al Arzobispado de Toledo, el 25 de marzo de 1190, si bien, veinticuatro años más tarde, al otorgar testamento, el 21 de julio de 1214, las recupera de nuevo para el poder real.

Será su hijo, Enrique I, el que se las conceda de nuevo al arzobispo toledano Jiménez de Rada, el 5 de Noviembre de ese mismo año de 1214, en el llamado «Liber Privilegiorum ecclesiae toletanae», por haber asistido a los reyes, sus difuntos padres Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra. en sus enfermedades y últimas necesidades espirituales.

Concesión confirmada por el rey Fernando III el Santo, mediante diploma otorgado en la ciudad de Palencia el día 4 de Julio de 1218.

Será el Arzobispo Jiménez de Rada quien encontrándose en Talamanca, el 27 de Enero de 1223, otorgue dos Cartas Pueblas, una de las cuales iba destinada a la villa y aldeas de Talamanca.

Dicha carta se conserva en la Biblioteca Nacional, en la colección del Padre Buriel, y se trata de un pergamino de media vara de largo (unos 45 cm.) y una tercia de ancho (unos 28 cm.), del que penden dos sellos de cera, con hilos de cera por torcer de color blanco, encarnado, negro y azul; en el que el arzobispo, con el fin de incentivar la repoblación tras la razzia almohade de 1197, amplia los privilegios concedidos a la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca en un desconocido fuero anterior. Constituyendo la piedra angular sobre la que se sustentara el desarrollo de las entonces aldeas en los siglos venideros.

Siglos XIX y XX

  

En 1845 se produce la incorporación de Alalpardo al Ayuntamiento de Valdeolmos, en concepto de localidad agregada.

Los Censos de 1910 recogen un municipio con 396 habitantes, de los cuales 202 correspondían a Valdeolmos y 194 a Alalpardo y el de 1920 de 364 habitantes, de los que a Valdeolmos correspondían 170 y 194 a Alalpardo.

Durante la Guerra Civil 1936-1939 las localidades permanecen ajenas a la sed de venganza y muerte que hace correr la sangre por España, continúan viviendo dentro de un clima de armonía y hermandad apenas roto por pequeños incidentes.

La confirmación oficial de la progresiva consolidación de Alalpardo como núcleo principal del municipio se producirá en 1943 cuando, mediante Orden de 30 de Junio de 1943 publicada en el B.O.E. del 19 de Julio de ese año, el Ministerio de la Gobernación, a través del Director General de Administración Pública, el Sr. Pérez González, autoriza al Ayuntamiento de Valdeolmos «a cambiar la capitalidad del municipio de Valdeolmos, donde actualmente radica, a Alalpardo».

  

En 1995 la Comunidad de Madrid autoriza al ayuntamiento a cambiar la denominación del municipio de Valdeolmos por la actual de Valdeolmos-Alalpardo.

Símbolos y nombre

Nombre

En cuanto a Valdeolmos, no ofrece ninguna duda, el nombre es de procedencia castellana, y procede de la corrupción de la expresión Valle de Olmos, en clara referencia a su situación física, entre los arroyos El Casar y Calderón y con gran abundancia de olmos.

En cuanto al nombre de Alalpardo, no tiene un origen claro, si nos atenemos a la obra de Don Javier Dotu, «Orígenes y significados de los nombres de los pueblos de la Comunidad de Madrid», es de procedencia árabe, y obedecería a la denominación Aldea el Pardo, utilizada durante los S. XVI y XVII y que vendría a significar: población pequeña en tierra de labranza de color oscuro.

Si bien la hipótesis más probable apunta a que el nombre procede de la corrupción de una expresión árabe-bereber, que vendría a significar «al lado de la sombra» o «al lado del camino», en referencia a su función de lugar de descanso en el camino de Alcalá a Talamanca o bien «al lado del bosque» (junto a la sombra del bosque), en referencia a su situación física en época de la dominación musulmana como una pequeña población rodeada de bosques de encinas que, con el tiempo, irían desapareciendo, dejando como testigos el Monte de Valdeolmos, el Monte Viejo de Daganzo, etc.

Escudo

Descripción. Mantelado: Primero, de azur una torre-espadaña de oro. Segundo, de plata un olmo de oro sobre tres ondas de azur acompañado de dos baldes de sable. Mantel, de gules con una estrella de plata de cinco puntas. Al timbre corona real cerrada.

Significado. La torre-espadaña es la de la parroquia de San Cristóbal Mártir de Alalpardo, gótica mudéjar del S. XIV, monumento más significativo de la localidad. El olmo sobre ondas de azur acompañado de dos baldes, son las armas que ha venido utilizando el Marques de Valdeolmos. La estrella alude a Miraval, tercer núcleo del municipio cuyas calles llevan el nombre de astros.

Historia. El escudo se asemeja al que ha venido utilizando de forma oficiosa la localidad de Alalpardo desde 1976 en que los jóvenes, que habían cogido las riendas de la organización de las Fiestas Patronales, lo adoptaron como seña de identidad. Incorpora las armas de los marqueses de Valdeolmos, titulo concedido por Carlos II el 10 de Octubre de 1689 a Don José Aguerrí y Churruca, Secretario de Su Majestad, al que Alfonso XIII el 4 de septiembre de 1908 otorgó Grandeza de España.

Bandera

Descripción. Amarilla, cargada en el centro con el escudo del municipio. El color hace referencia a los campos de cereal antes de su recolección, durante siglos principal riqueza del municipio.

Fuente: «Alalpardo, a través de la Historia» de Juan Ignacio Merino de Mesa.

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