Tampoco Valdeolmos quiso quedarse sin Belén Viviente. La representación coincidió con una de las dos citas de Alalpardo, el día de Navidad. Un grupo de vecinos, alrededor de 50 personas entre adultos y niños, montaron su Belén en un lateral de la iglesia, junto a las paredes de mampostería y piedra. Para el montaje de las escenas navideñas se utilizó maderas, tablas viejas, ramas y paja. No faltó la Virgen, San José y el Niño, tampoco los pastores, lavanderas, leñadores, la posada, el castillo, el mercado, las hogueras y los animales (ovejas, corderos, gallinas, una mula y dos terneros). Con ilusión y trabajo, representaron algunas escenas navideñas transformando, con éxito, un rincón de Valdeolmos en una aldea de hace más de dos mil años.