El arte lo pusieron los jinetes, las bailaoras y los caballos. La emoción llegó de la mano del cielo. Porque todos los espectadores fijaron sus ojos en las sospechosas y amenazadoras nubes negras colocadas sobre la Plaza. Nubes que descargaron cuando ‘El Arte de Andalucía a caballo’ ya había empezado. Fue necesario suspender el espectáculo durante 15 minutos mientras se buscaba cobijo. Pero el sol salió y la fiesta se retomó. Y fue entonces cuando la belleza y la elegancia lució sobre el albero. El espectáculo de Carmelo Cuevas derrochó fuerza y arte por los 4 costados. Los majestuosos caballos cautivaron con su magia.