Durante aproximadamente unos quince días en la Casita de Niños de Alalpardo han estado trabajado con los pequeños la fiesta de Halloween.
Transformaron a los monstruos, esqueletos, brujas, seres perversos… en personajes amigos de los niños. Se enfrentaron a sus miedos y se convirtieron en esos seres que les producían temor.
En esas dos semanas disfrutaron cantando canciones de fantasmas, brujas y vampiros, decorando la casita y trabajando codo con codo entre todos.
El día de la fiesta las familias prepararon una obra de teatro para los pequeños y confeccionaron los disfraces de brujas y esqueletos para cada uno de ellos, a su vez, los niños prepararon “aperitivos tenebrosos”.
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